Los secretos del bisabuelo

Quien me conoce de hace tiempo, me habrá escuchado y sobre todo leído las batallitas fotográficas de mi bisabuelo. Pero claro, si yo disfruto de la fotografía hasta un extremo pasional, es gracias a él. Y tener en casa a un referente, que si bien no sale en las enciclopedias, bien merecería aparecer en ellas por la calidad de sus fotografías y por ser un pionero en esto que hoy en día prácticamente todo el mundo hacemos, o creemos que hacemos, es motivo de mucho orgullo.

Andaba mi tía Elisa recopilando material para la elaboración de un libro sobre las fotografías de mi bisabuelo, cuando me dispuse a facilitarle el único diploma original que tengo suyo, de los numerosos con los que fue premiado, y que forma parte de la decoración de mi salón desde que mi tía me lo dio en custodia.

Diploma

Para facilitar el escaneado, procedo a quitar el cristal con un primor desmedido, ya que ese cristal llevaba muchas décadas sobre el diploma, y se deshacía, literalmente, al quitarle las pinzas.

Con igual cuidado, separé el diploma de la cartulina que le hacía de fondo, y oh! sorpresa!!! … esa cartulina no era otra cosa que OTRO DIPLOMA DEL BISABUELO!!!! … pero en este caso en alemán (nadie en la familia tenía noticia de ello) y más antiguo aún que el anterior. Concretamente de 1926.

Como podéis imaginar, este secreto oculto durante tantos años, no podía quedar sólo para nosotros, y por supuesto, he hinchado pecho, y he querido lucir estos galardones, que ahora, por partida doble, tengo como orgullo de familia.

Aunque lo mejor, sin duda, siguen siendo sus fotos, de las cuales aquí os dejo una completa selección.

[nggallery id=6]